Riesgo ocular elevado en la Diabetes
- harmoniuminnovation

- 14 oct
- 3 Min. de lectura

Introducción
La queratoconjuntivitis seca, conocida como enfermedad del ojo seco (EOS), emerge con frecuencia como una complicación ocular en pacientes con Diabetes mellitus.
Recientemente, se publicó una revisión sistemática que confirma de forma robusta una asociación entre Diabetes y una mayor prevalencia de ojo seco.
A continuación, analizamos sus implicaciones clínicas y recomendaciones de manejo.
Contexto y hallazgos principales
El metaanálisis incluyó 23 estudios observacionales con un total de 5.566 participantes, comparando la prevalencia de EOS entre personas con Diabetes y controles sin la enfermedad. En los resultados combinados, los pacientes con Diabetes presentaron una odds ratio (OR) de 2,30 (IC 95 %: 1,54-3,43) y una razón de riesgos (RR) de 1,69 (IC 95 %: 1,28-2,25), lo que evidencia un incremento estadísticamente significativo del riesgo.
Factores como la edad avanzada (> 50 años), duración prolongada de la Diabetes (> 10 años) y un control glucémico deficiente (HbA1c > 7 %) demostraron reforzar dicho riesgo.
La Diabetes duplica el riesgo de ojo seco: un dato clave
Este dato resume con precisión la fuerza de la asociación hallada: los pacientes con Diabetes tienen más del doble de probabilidades de desarrollar EOS frente a personas sin Diabetes.
En la práctica clínica, considerar que la Diabetes duplica el riesgo de ojo seco ayuda a priorizar la vigilancia oftalmológica en esta población.
Mecanismos fisiopatológicos y factores de riesgo
Para comprender esta relación, es necesario examinar los mecanismos implicados:
Disfunción de la glándula lagrimal: niveles elevados de glucosa pueden causar daño oxidativo o neuropático que reduce la producción lagrimal.
Alteración de las glándulas sebáceas palpebrales (glándulas de Meibomio): estas glándulas ayudan a mantener la película lagrimal, y su disfunción es más frecuente en diabéticos.
Inflamación crónica e implicación inmunológica: la hiperglucemia promueve estados proinflamatorios que pueden dañar la superficie ocular.
Daño neurológico corneal y microvascular: alteraciones en la inervación corneal y el riego pueden comprometer la capacidad de retención lagrimal.
Adicionalmente, la edad, tiempo de evolución de la Diabetes y el mal control metabólico operan como moduladores del riesgo, amplificando la predisposición.
Relevancia clínica y estrategias de prevención
Este vínculo tiene implicaciones prácticas importantes:
Detección temprana: en personas con Diabetes, especialmente mayores de 50 años o con larga evolución de la enfermedad, es recomendable incorporar evaluaciones de superficie ocular en controles oftalmológicos regulares.
Optimización del control glucémico: mantener niveles de HbA1c por debajo del 7% reduce la probabilidad de complicaciones oculares, incluida la EOS.
Tratamiento y atención personalizada: el uso de lágrimas artificiales, antiinflamatorios tópicos leves, tapones lagrimales o intervenciones sobre las glándulas de Meibomio puede atenuar síntomas.
Educación del paciente: informar sobre factores agravantes —ambientales, uso de pantallas, condiciones de sequedad ambiental— y medidas paliativas (humidificadores, pausas visuales, parpadeo consciente) es esencial.
Conclusión
La evidencia actual respalda que los pacientes con Diabetes enfrentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad del ojo seco. Reconocer que la Diabetes duplica el riesgo de ojo seco permite enfocar estrategias de prevención, monitoreo y tratamiento más efectivas en esta población con vulnerabilidad ocular elevada.
En Diabfarma, estamos comprometidos con la promoción de hábitos saludables y hacer la vida más fácil a las personas que padecen diabetes.
Te invitamos a conocer nuestros productos que ayudan a evitar los efectos secundarios de los tratamientos para la diabetes.
Fuente




Comentarios